Las características especiales de nuestros ríos, que por lo general surcan una orografía bastante abrupta y la elevada altitud media de España (más de 600m), hacen que el país tenga una de gran riqueza hidroeléctrica. Sin embargo, al ser una península, la longitud y el caudal de los ríos es limitada. Por lo tanto, lo que caracteriza a esta fuente de energía es la existencia de muchas centrales hidroeléctricas de tamaño pequeño o medio.
Por otra parte, el régimen de precipitaciones varía mucho de unos años a otros, por lo que la producción también puede ser muy irregular.
En 1940 la electricidad de origen hidráulico en España constituía el más del 90% del total. A pesar de haberse incrementado notablemente la potencia instalada, especialmente a partir de la década de los 50 del siglo XX, en la actualidad esta fuente contribuye con entre un 10 y 20% a la producción de electricidad.
En España existen en la actualidad más de 1.300 centrales hidroeléctricas que suman una potencia de unos 18.000 MW, pero la mayor parte son mini centrales y solamente una veintena tienen más de 200MW. Las más importantes son: Central de Aldeadávila: Río Duero, Salamanca, 1.243 MW.
Central de José María de Oriol: Río Tajo, Cáceres, 957 MW.
Salto de Villarino: Río Tormes, Salamanca, 857 MW.
Central de Cortes-La muela: Río Júcar, Valencia, 650 MW.
Central de Saucelle: Río Duero, Salamanca, 520 MW.
Central de Cedillo: Río Tajo, Cáceres, 500 MW.
Como el régimen de precipitaciones es bastante irregular, la producción de energía hidroeléctrica varía considerablemente de un año a otro, en función de la lluvia registrada; conforme se puede apreciar en la gráfica de la figura.
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