VENTAJAS E INCOVENIENTES


VENTAJAS


  • La fuente más económica. 
Aunque la inversión inicial para la construcción de una central es exigente y costosa, en general la energía del agua es la menos cara en términos absolutos a mediano y largo plazo. Una vez realizadas las presas, construidas las instalaciones e instaladas las turbinas, el mantenimiento que se necesita es mínimo con respecto a la inversión inicial. Y aunque la digitalización determina un gasto adicional, el precio de la innovación se compensa con las mejoras en la eficiencia y con las nuevas ventajas que se obtienen al reducir los desperdicios.
  •  Las instalaciones de agua son ágiles y flexibles
Teniendo en cuenta que la disponibilidad del agua puede variar con el tiempo, en realidad las centrales son extremadamente flexibles. Los sistemas de producción necesitan una escasa cantidad de energía para entrar en funcionamiento, tanto que en unos minutos hasta una gran central puede pasar de estar parada a la máxima potencia, y viceversa. Esta reactividad depende del tipo de turbina utilizada y de la gestión de los flujos de agua.
  •  El agua lleva con ella una enorme cantidad de energía
El potencial energético de los sistemas hidroeléctricos es enorme. De hecho, las gigantescas masas de agua que se encuentran a gran altura tienen una cantidad considerable de energía potencial gravitatoria y aprovechar, aunque sea solo una parte de ella significa contar con energía en abundancia. Basta pensar que todas las mayores centrales de producción de energía en el mundo son hidroeléctricas, y que una sola central puede ser suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de millones de personas.
  • 4. La producción se puede adaptar a las necesidades
Uno de los aspectos más críticos de muchas energías renovables es la disponibilidad inconstante de la fuente de energía. Sin embargo, en el caso de la energía hidroeléctrica, se logra superar parcialmente la variabilidad meteorológica y climática a través de embalses de acumulación de agua a gran altura, como los diques. Aquello que potencialmente es una desventaja se convierte entonces en un punto fuerte: el flujo de agua puede ser fácilmente controlado de acuerdo a las necesidades de energía. Eso vale tanto a corto plazo por ejemplo, en el ciclo noche/día, como a plazos más largos, como las variaciones estacionales y los periodos de sequía.
  • Las emisiones indirectas son muy escasas
Los residuos orgánicos que se descomponen en los embalses de acumulación de agua pueden ser una fuente de metano –uno de los principales gases de efecto invernadero– y esto en el pasado despertó polémicas sobre el hecho de que la energía hidroeléctrica no pudiera considerarse como una energía 100% verde Pero esa opinión fue desmentida por una serie de análisis técnico-científicos que demostraron que estas emisiones son casi insignificantes si las comparamos con las de los combustibles fósiles y totalmente irrisorias en las centrales más modernas.
  •  Los flujos hídricos secundarios son adecuados para pequeñas centrales
Junto a las grandes centrales que aprovechan enormes masas de agua y fuertes desniveles, pueden instalarse centrales hidroeléctricas más pequeñas, que aprovechen los caudales de agua y las infraestructuras ya existentes. Si bien las centrales primarias son las más eficientes, como reconfirmó la Unión Europea en 2018, esta energía hidroeléctrica secundaria sobre cursos de agua ya aprovechados y represados constituye una oportunidad adicional.
  •  La energía hidroeléctrica como instrumento de saneamiento y como sistema de riesgo.
Con cursos de agua contenidos en cuencas ya establecidas, las centrales hidroeléctricas representan una manera de evitar las inundaciones y sanear zonas pantanosas donde a menudo se acumulan las aguas estancadas. La cantidad de agua que se emite puede ser controlada con precisión, tanto desde el punto de vista de los flujos como del volumen total, por lo cual el agua puede fluir de forma progresiva, incluso en sitios donde las lluvias son intensas y concentradas en poco tiempo. Las centrales hidroeléctricas pueden ser muy valiosas también donde hay poca disponibilidad de agua. Los embalses de acumulación pueden servir de reserva hídrica en las épocas de sequía, también porque el agua que sale de la central está perfectamente limpia y utilizable. Además, la apertura de las presas puede programarse y calibrarse según los ciclos de los cultivos y los ecosistemas. Luego, en algunos periodos se puede permitir que el agua fluya para dejar pasar los peces.
  • Las centrales hidroeléctricas dan una mano al medioambiente.
A menudo, cuando se habla de hidroelectricidad, nos centramos en el impacto que las centrales pueden tener en el medioambiente, pero la energía hidroeléctrica puede brindar ventajas al medioambiente en sí. Por ejemplo, tener más agua disponible en los embalses de acumulación lleva a enriquecer la vegetación que, a su vez, atrae más animales determinando un aumento de la fauna. Además, las centrales hidroeléctricas retienen ramas y árboles, asegurando la limpieza de los cursos de agua y, por consiguiente, una mejor navegabilidad de los mismos.
  • La energía hidroeléctrica se difunde cada vez más entre los particulares.



INCOVENIENTES


  • La minihidroeléctrica, con instalaciones de pequeñas dimensiones para uso doméstico o, en todo caso, hiperlocal, comenzó a afianzarse a principios de este siglo. Mientras que en el pasado no se podía pensar en una instalación que aprovechara la energía del agua para usos domésticos, en la actualidad se trata de una posibilidad cada vez más interesante, tanto para la autoproducción y para satisfacer la necesidad energética propia, como para volcar a la red eléctrica el exceso de energía generada.

  • La energía hidroeléctrica no es contaminante, pero tiene impactos ambientales. Este tipo de instalaciones pueden afectar a la tierra, las viviendas y los hábitats naturales en la zona de la presa. Los embalses pueden cubrir las casas de las personas, importantes zonas naturales, tierras agrícolas y sitios arqueológicos.
  • La construcción de embalses se está «secando». Estas construcciones de embalses de superficie se han ralentizado considerablemente en los últimos años. La construcción de una presa y un embalse para apoyar la energía hidroeléctrica requiere mucho dinero, tiempo y construcción, y ya se han tomado la mayoría de los deportes adecuados para ubicar las plantas hidroeléctricas.
  • Esta hidroelectricidad depende de la hidrología. El sistema depende de los niveles de precipitación, que pueden fluctuar de año en año, causando inestabilidad.
  • Este tipo de energía puede perturbar el hábitat de la vida silvestre. Las centrales hidroeléctricas pueden causar una pérdida o modificación del hábitat de los peces, y llevar a la captura de peces y a la restricción de sus pasajes.
  • En algunos casos, la hidroelectricidad puede causar cambios en la calidad del agua de los embalses y arroyos. El funcionamiento de una central de este tipo puede alterar la temperatura del agua y el caudal del río. Estos cambios pueden dañar las plantas y animales

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